Una de los peores momentos que
viví fueron dos accidentes entre vehículos, en el que murieron varias personas.
En el suelo: todos los
fragmentos de los dos vehículos destrozados, un hombre convulsionando, una
mujer sangrando, un niño horrorizado. Bajamos del coche, el silencio
se enlazó con los aterradores lloros del niño. La gente se acercó, la
normalidad de estos hechos hizo que nadie se sorprendiera.
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